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A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota
Al cumplir 35 años, nuestro Presidente y Fundador hizo realidad su sueño profesional de vida. Después de unos meses, al darse cuenta de que ese sueño no equivalía a la felicidad, se vio inmerso en una crisis de identidad que detonó un intenso viaje de crecimiento espiritual, el cual finalizó con el descubrimiento del budismo, un enorme replanteamiento de vida y unos años después, el encuentro con su alma gemela.
Esta nueva estabilidad trajo consigo la fuerza e inspiración que necesitaban para pensar en la mejor manera para retribuir a la sociedad lo recibido, ayudando a quienes más lo necesitan. Así fue que en noviembre del 2022 nació el proyecto más importante de Caminos Paliativos de Luz IAP: Casa Dana Paramita, proyecto dedicado a apoyar a las personas adultas mayores en situación de vulnerabilidad, sentando las bases de una sociedad de valores, amor y por supuesto, de respeto al prójimo.
Dana, es un término sánscrito cuyo significado es generosidad, asimismo, Paramita, significa virtud.
Nuestro nombre refleja la virtud de dar, que se basa en la premisa de proveer cuanto queramos sin limitarnos a lo que otros hagan en consecuencia, más que la riqueza interior que obtenemos.
Hoy, disponemos de un equipo directivo capaz, profundamente comprometido con la causa y que cuenta con el apoyo de un sólido patronato, el cual, contribuye con recursos para la sustentabilidad del proyecto, asimismo, cuenta con un grupo de amigos de la casa que nos brindan conocimiento, sinergia, tiempo y energía.
Brindamos vida a los años de adultos mayores en situación de pobreza, abandono, violencia y/o discriminación en los estados más pobres del país, a través de comunidades de autoayuda que satisfacen sus necesidades básicas de una forma sustentable y sostenible.
Dar vida a los años de más de 160 personas adultas mayores vulnerables mediante la creación de 8 comunidades de autoapoyo en 4 ciudades para el 2040, movilizando a más de 60 trabajadores con propósito, y despertar el corazón de más de 900 donadores.
Sentimos profunda empatía por el sufrimiento ajeno y nos movemos a la acción
Tratamos a cada adulto mayor como si fueran parte de nuestra familia, como si fueran nuestra madre o padre
Hablamos y actuamos con la verdad, pero sobre todo con respeto
Aceptamos lo que ocurre de forma neutra y reaccionamos conscientemente
Valoramos estar vivos, así como la naturaleza inherente y bondadosa de los individuos
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